Lo que en su día nació como concurso de cerveza continúa celebrándose rebautizado como almuerzo popular, manteniendo su esencia aunque con menor participación que años anteriores.
Pasada su hora de inicio comenzaban a repartirse los primeros quintos de cerveza, acompañada por tapas de sobrasada, aceitunas y frutos secos, que eran bien recibidos por quienes se habían reunido en el colegio para disfrutar del almuerzo que, a diferencia de años anteriores, suprimía el concurso de cerveza que le ponía broche final.
A las 2 del medio día se repartían unos langostinos entre los asistentes que aún se resistían a abandonar el recinto, y que habían dado buena cuenta previamente del resto de tapas que se repartían, mientras charlaban con vecinos y amigos y la música amenizaba la mañana.
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